-Y dime, ¿Cómo es un día en tu vida?.- Preguntó la chica tomando una cucharada de aquel helado ya casi derretido.
-Depende.- Contestó divertido al ver como esta se había manchado la nariz.- Hay días en los que solo quiero dejarlo todo y respirar.- Él chico limpió la nariz de esta levemente, haciendo que el corazón de la menor se acelerara.- Otros son felices.-Concluyó.- ¿Y un día en tu vida?.
-Son aburridos, extresantes a veces y otras simplemente no quiero levantarme de la cama.-La joven suspiró.- Pero siempre acaba pasando algo que hace que merezca la pena seguir.- Le miró con una tímida sonrisa. Él asintió levemente, dándole la razón.
-Entonces cuando estés en uno de esos días tristes, llámame.- su corazón dio un vuelvo. Y lo único que atinó a hacer fue sonreír conmovida.
-Tu también.- Afirmó avergonzada.
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